¿Qué Significa dejar que las Escrituras Interpreten las Escrituras?
Julio 30, 2025 – Hernan Gonzalez.
En el lenguaje bíblico como en cualquier, otro existen términos o palabras que varían mucho tanto en su significado, así como en el contexto hablado o gramatical para una mayor comprensión. Particularmente el lenguaje antiguo bíblico, los estudiosos de las Escrituras, así como los académicos tienden a tener ciertas complicaciones en su intento de interpretar o descubrir el significado de ciertos pasajes o términos claves. Es importante resaltar que entendiendo la naturaleza misma de las Escrituras nos arrojará un poco de luz a nuestro entendimiento para hacer una exégesis y una hermenéutica precisa que nos lleve a entender el mensaje divino el cual esta centralizado en una persona, en Jesucristo.
En primer lugar, para comprender la revelación escrita, debemos señalar que “el contexto adecuado para interpretar la Biblia es el de los autores bíblicos, que es precisamente el contexto que produjo la Biblia. Nosotros no compartimos el marco cognitivo de los autores de la Biblia. Si bien las implicaciones de esta afirmación pueden resultar incomodas, es hermenéuticamente absurdo pretender lo contrario. Por ello cualquier otro contexto es ajeno a los hagiógrafos originales y por consiguiente a la Biblia”.[1] Esto nos dice que debemos tener un oídos sensibles y abiertos a lo que estos hombres santos de Dios recibieron y es ahora la norma de nuestra doctrina eclesial y de nuestro entendimiento de todo el plan redentor.
En segundo lugar, “A veces se dice que el mejor intérprete de las Escrituras son las Escrituras mismas. Esto significa que el contexto más amplio de la Biblia le ayudará a comprender correctamente cualquier pasaje individual”.[2] De acuerdo con esta posición sostiene directamente que para la interpretación, así como para la exposición bíblica, las Escrituras mismas se interpretan por si solas, cuando la personas ve el mismo mensaje a lo largo de todo el contenido bíblico encontrado y revelado en las Escrituras. De igual manera, otros intérpretes señalan que “la credibilidad de la revelación bíblica es abalada por su unidad esencial en la diversidad de sus formas y en su carácter progresivo”.[3] La naturaleza misma de la revelación bíblica, nos debe mantener conscientes de la fiabilidad de su mensaje, así como dejar supersticiones de interpretación para poder ser iluminados por el Espíritu Santo y poder recibir y comprender el mensaje divino que nos habla hoy.
A lo largo de la historia de la interpretación bíblica encontramos que los académicos y eruditos han desarrollado métodos interpretativos los cuales han sido aplicados en busca de una correcta interpretación de las Escrituras. Precisamente la hermenéutica es una disciplina que nos ayuda para la correcta interpretación bíblica y la cual también consta de varias reglas y métodos. La hermenéutica bíblica que forma parte de la teología exegética, nos ayuda a profundizar en diversos aspectos que va desde la crítica textual hasta los antecedentes contextuales de los libros sagrados. Esto de igual manera sucedía en la antigüedad. En la época de Jesucristo, la exégesis judía podía clasificarse dentro de cuatro tipos principales: literal, midráshico, pesher y alegórico.[4] Pero tanto los métodos de interpretación, así como las reglas han sido desafiantes para los estudiosos y académicos.
Otra adecuada compresión de significado original del autor es también fundamental para la correcta aplicación del texto en la actualidad. A lo largo de toda la revelación bíblica, de Génesis hasta Apocalipsis el mensaje divino se mantiene alienado al propósito redentor de Dios. Entendiendo esta posición, que las Escrituras interpreten las mismas Escrituras, es un argumento altamente plausible ya que es Dios mismo quien se revela y se da a conocer a la humanidad. La Biblia es la historia de Dios de principio a fin en busca de una humanidad perdida a la cual desea darle el regalo de Su gracia a través de una salvación eterna ofrecida a través de Su Hijo. Por lo tanto, nosotros descubrimos a Dios, Él se revela así mismo. Nosotros no descubrimos datos, Dios revela la verdad. Nosotros no subimos al cielo, Dios desciende a nosotros.
En su revelación progresiva Dios usó y reveló su mensaje a través de diferentes personas y en diferentes épocas. “De entre los escritores bíblicos, “los santos hombres de Dios, por ejemplo, hablaron siempre inspirados del Espíritu Santo” (2 Tim. 3:16 y 2 Pedro 1:21), hallamos persona de tan variada categoría y educación, como lo son, sacerdotes como Esdras, poetas como Salomón, profetas cual Isaías, guerreros como David, pastores cual Amós; estadistas como Daniel, sabios como David y Pablo, pescadores, hombres sin letras como Pedro y Juan. De estos unos formulan leyes, como Moisés, otros escriben la historia como Josué, éste escribe salmos como David, aquél proverbios como Salomón, unos profecías como Jeremías, otros biografías como los evangelios, otros cartas como los apóstoles.[5] La definición de que las Escrituras interpretan las mismas Escrituras viene como resultado de la revelación definitiva de Dios en Jesucristo, y nosotros ahora las interpretamos y las entendemos a través de la iluminación del Espíritu Santo y para la gloria de Dios, para que el mensaje del evangelio llegue a más corazones y esta buena noticia sea conocida en todo el mundo. Dejar que las Escrituras interpreten las Escrituras es darle el mayor protagonismo a nuestro Dios quien es el autor.
[1] Michael
S. Heiser, El Mundo Invisible. Bellingham, Washington, EE. UU.:
Editorial Tesoro Bíblico, 2015.
[2] Robert L. Plummer, Preguntas y Respuestas Sobre
como Interpretar la Biblia. Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz,
2021. 82.
[3] José M. Martínez, Hermenéutica
Bíblica. Barcelona España: Editorial CLIE, 1984. 44.
[4] Henry A. Virkler, Hermenéutica.
Miami, Florida: Editorial Vida: 1994. 43.
[5] E. Lund y A. Luce, Hermenéutica
Introducción Bíblica. Miami, Florida: Editorial Vida, 1975. 10.
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