Que Diferencias y Conexiones Encontramos en los Sinópticos y el Evangelio de Juan acerca del día de Resurrección

Abril 22, 2025 – Hernan Gonzalez.

La fe cristiana se centra en la resurrección de Jesús. Este icónico momento ha llamado la atención tanto de personas teístas como de no creyentes. La resurrección de Cristo es un evento sin precedentes y el más enigmático en la historia de la humanidad. Las primeras fuentes de donde encontramos datos de este hecho se encuentran dentro de las mismas Escrituras, escritos conocidos mayormente como los evangelios. Los evangelios son un género único en la literatura y en estos encontramos los registros del ministerio y vida de Jesucristo. A manera de biografías, cada uno de los evangelistas son intencionales en darnos distintos aspectos y detalles acerca de los eventos que tuvieron como punto central la manifestación del Hijo de Dios al mundo, siendo uno de estos eventos, su resurrección. Los cuadros que señalan al Resucitado en contacto con los suyos después de la resurrección son de valor histórico, emotivo y doctrinal, y merecen ser estudiados y meditados en un espíritu de adoración.[1]
La insólita resurrección parece no tener una explicación lógica o naturalista, por otro lado, si la resurrección nunca ocurrió realmente, entonces tal acontecimiento no tiene relevancia alguna, pero históricamente hay evidencias de que este evento realmente ocurrió, particularmente el testimonio de los testigos oculares es una de las principales evidencias que prueban que este hecho realmente sucedió. Escépticos y ateos dicen que no se puede comprobar la resurrección de Jesús ya que los milagros no pueden comprobarse científicamente. Pero lo que si podemos comprobar es que Jesús murió y que fue visto vivo después de su muerte y los autores de los sinópticos y el evangelio de Juan nos proporcionan ángulos diferentes de este acontecimiento. 

Trasfondo

La resurrección de Jesús vino a ser el evento que marcaría un antes y un después en la historia humana. Los evangelios canónicos son las principales fuentes de información en la que cada uno de sus autores nos proporcionan información y detalles en cuando a la resurrección de Jesús y la creencia de sus seguidores de que fue visto después de Su muerte. Existen evidencias circunstanciales que constituyen argumentos convincentes para defender la idea de que los evangelios son antiguos.[2] Aunque para algunos estos registros no son de confianza, lo cierto es que los evangelios que en su naturaleza son de carácter inspirado, no hay mejor fuente de confianza que la de los autores mismos, quienes, a su vez, fueron los primeros en ver que Jesús había resucitado. Los relatos de los evangelios que nos narran las apariciones después de la resurrección son fiables desde el punto de vista histórico.[3] Aunque a excepción de Lucas los demás autores evangelistas no nos dan un documento histórico, por lo contrario, lo que hacen es presentar detalles de cómo esta buena noticia de la resurrección de Jesús tiene que ver más con un enfoque teológico ya que al resucitar de la muerte Cristo demostraba que Él era el verdadero Hijo de Dios, tal y como lo presenta el evangelista Juan. El erudito Craig Blomberg argumenta que: “No cree que Juan sea más teológico, sino simplemente tiene un cumulo diferente de énfasis teológicos. Mateo, Marcos y Lucas, cada uno, tienen ángulos teológicos muy característicos que quieren destacar”.[4] Particularmente cuando hablamos de la resurrección, el enfoque de cada uno de estos autores es darnos un aspecto de la revelación y de la naturaleza de Cristo, y en lo cual cada uno presenta la total humanidad de Jesús así como la totalidad de su deidad como Salvador.

El Evangelio de Marcos

Se reconoce históricamente y por la tradición que el evangelio de Marcos fue el primer evangelio escrito. El relato de la resurrección de Marcos es una de las partes más desconcertantes de su evangelio.[5] Los manuscritos más antiguos de Marcos, no nos presentan ningún relato de las apariciones del Cristo resucitado, aunque un ángel les aseguro a las mujeres en la tumba que los discípulos lo verían a Él (Cristo) en Galilea. Después de estos primeros acontecimientos, Marcos registra que la aparición de Jesús nuevamente fue a una mujer de nombre María Magdalena, pero en esta ocasión el autor de forma implícita nos dice que en esta aparición ya es el Cristo con cuerpo glorificado después de haber resucitado.

Más adelante en la narrativa, Marcos registra una segunda aparición, pero en esta ocasión fue a solo dos de sus discípulos, de los cuales no se menciona sus nombres pero que estos iban de camino al campo, pero al ir dar la noticia de la resurrección de Jesús la incredulidad se apodero de las otras personas, pero estos no creyeron en el testimonio de estos dos discípulos ni tampoco el de María Magdalena. Marcos concluye con la aparición postmorten de Jesús a sus once discípulos, los cuales fueron reprendidos por el Señor por su incredulidad ante las noticias que habían recibido de su resurrección. La historia de Marcos, en última instancia, se centra en los acontecimientos de su muerte y resurrección, pero antes de esos eventos culminantes, a Jesús se le presenta como predicador del evangelio.[6] Dicha predicación tenía que ver con su obra redentora, y al resucitar de la muerte, Cristo le mostraba al mundo que aquello que acedia a los seres humanos, ya no tenía poder y que la proclamación de esta buena noticia del evangelio era que ni la tumba no pudo retenerlo para venir a darles vida eterna a todo aquel que creyera en Él.

El Evangelio de Mateo

Mateo el evangelista, nos ofrece detalles que no encontramos en los demás evangelios en su relato de la resurrección. En primer lugar, el evangelista Mateo es el único que menciona que debido a un gran terremoto provocado porque un ángel descendía del cielo, fue la causa que provocó que la piedra en el sepulcro de Jesús fuera removida (Mat. 28:2). Al igual que lo registrado por Marcos, Mateo señala que en este encuentro con el ángel, ratifica que no fue una aparición del Cristo resucitado ya que la declaración del mismo ángel, lo confirma al decir que Jesús había resucitado y que no se encontraba ya en la tumba (28:6). Al seguir examinando estos pasajes también encontramos que Mateo 28:8-10 se observa una aparición de Jesús a María Magdalena y a la otra María (v.1) cerca de la tumba vacía, seguida de una manifestación a los once discípulos restantes en Galilea (v.16-17). Incluso al final de la historia, los testigos de la resurrección responden con una mezcla tanto de temor como de adoración (Mt. 28:8-9), y la comunidad que recibe la Gran Comisión se distingue tanto por la adoración como por la duda (Mt. 28:17).[7] Un detalle considerable que nos ofrece el evangelista Mateo, es la reacción de las autoridades judías al enterarse de la resurrección de Cristo. Mateo sería incapaz de informar una acusación contra la “resurrección” que en realidad no se hubiese realizado (Mt. 28:15), y su informe indica que las autoridades de Jerusalén habían buscado dar una explicación a la tumba vacía, pero nunca habían tratado de negarla.[8] Como judío, Mateo llegó a comprender la importancia de este hecho por lo que el haberlo incluido en su documentación evidenciaba la autoridad mesiánica de Jesucristo al haber resucitado de la muerte como lo había profetizado.

El Evangelio de Lucas

Lucas el médico, nos presenta un cuadro único en el evento de la resurrección en el cual hace mención de dos varones con vestiduras resplandecientes los cuales les notificaron que Jesús había resucitado por lo que la tumba estaba vacía. Lucas proporciona tres relatos de las apariciones de resurrección a tres grupos distintos de personas: las mujeres en la tumba (24:1-12), la aparición a dos discípulos en el camino a Emaús (v. 13-35), y la aparición a los once discípulos en Jerusalén (v. 36-49).[9] Lo que encontramos en la narrativa de Lucas respecto a lo que el registra sobre los sucesos de la resurrección de Cristo, es que estas apariciones tienen un enfoque geográfico particularmente en los alrededores de Jerusalén, con la revelación que hizo Jesús de sí mismo a dos discípulos que iban camino a Emaús más tarde a grupos numerosos de seguidores tanto en Jerusalén y Betania. Considerando que el evangelista Lucas, su material tiene una connotación histórica, podemos decir que los hechos registrados por él acerca de la resurrección posiblemente fueron sucesos que eran compartidos por la tradición oral. En primera instancia el escritor Lucas nos dice que Jesús fue enterrado poco antes de “rayar el sábado” (nuestro viernes en la tarde); que las mujeres descansaron el sábado (nuestro sábado), y el domingo muy temprano en la mañana, cuando las mujeres llegaron al sepulcro, Jesús ya había resucitado.[10] La noticia inicial proclamada por las mujeres, fue principalmente hacia los discípulos del Señor, aunque en un principio la incredulidad pareció apoderarse de ellos. Las apariciones postmorten de Jesús a dos discípulos que iban camino a Emaús, vino a ser una de las primeras series de apariciones que terminarían con la manifestación del Cristo resucitado a todos sus discípulos corroborándoles lo que las Escrituras decían acerca del Mesías que padecería.

Evangelio de Juan

Para los escritores del Nuevo Testamento, la resurrección de Jesús era el punto central de sus enseñanzas.[11] Y esto lo vemos de una forma clara con todos los detalles que nos presenta uno de sus discípulos y uno quien atestiguo por su propio testimonio acerca de la resurrección del Hijo de Dios. En una forma más vivida, Juan, el autor del evangelio que lleva su nombre, nos ofrece detalles únicos del evento de la resurrección de Cristo, los cuales tenían el propósito de que los testigos oculares creyeran acerca de este hecho. Juan muestra una aparición a María Magdalena afuera de la tumba vacía, dos apariciones (muy posiblemente en Jerusalén) a los discípulos, una vez en ausencia del discípulo llamado Tomas y otra con este discípulo presente, y una aparición por parte del mar de Galilea a una cantidad de discípulos que estaban pescando. El apóstol Juan insiste en que el mensaje de la muerte y resurrección de Cristo se basa en lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos (1 Juan 1:1).[12] Lo que estos registros nos indican que precisamente este autor, documenta su propia experiencia con el Mesías, el cual fue muerto y sepultado y a los 3 días resucitó, tal y como las Escrituras lo habían profetizado. El evangelista Juan documenta que la primera aparición del Jesús resucitado fue a una mujer llamada María Magdalena afuera de la tumba vacía. Las siguientes apariciones fueron directamente a sus discípulos, particularmente el discípulo de nombre Tomas quien en la primera aparición no estuvo presente con los demás discípulos, pero en una segunda ocasión declaró la deidad de Cristo al verificar por su propia experiencia la resurrección del Hijo de Dios. Juan termina su registro, documentando que ante esta nueva realidad de la inmortalidad debían testificar al mundo esta buena noticia del Salvador.

Diferencias y conexiones

La variedad de detalles indica las opiniones de varios testigos oculares y nos muestran que los escritores de los evangelios no se esforzaron por presentar un informe un unificado, por lo que este hecho ofrece una base más firme para creer la veracidad del informe.[13] Cada uno de los escritores de los evangelios hace un énfasis en particular y presenta detalles únicos del día en que el Salvador resucitó. Cristo hizo muchas apariciones después de su resurrección y estas apariciones ocurrieron en momentos específicos en las vidas de algunos determinados individuos, y estuvieron más bien restringidas a lugares específicos.[14]

Los retratos biográficos que registran los sucesos de la resurrección hacen énfasis en la manifestación de seres celestiales en donde se encontraba la tumba de Jesús, en este caso, ángeles. Los cuatro evangelistas presentan ese énfasis en los diferentes aspectos en que el icónico momento de la resurrección estaba presidida por apariciones que seres angelicales los cuales anunciaban la noticia acerca de este hecho y a su vez estos provocaban fenómenos naturales el terremoto registrado en Mateo el cual detalla por qué las mujeres encontraron la piedra movida de su lugar. Mateo y Marcos mencionan un solo ángel en la tumba, pero Lucas menciona que dos estaban presentes.[15] Los cuatro autores de los evangelios tienen el común denominador de que las primeras apariciones del Jesús resucitado fueron a mujeres, siguiendo posteriormente con sus discípulos los cuales, a la luz de esta nueva realidad, todos estarían listos para proclamar esta nueva realidad. El punto principal de los autores es presentar a sus audiencias el hecho que Jesús resucitara de entre los muertos llevaría a muchos a la fe y creer en el Jesús resucitado quien vino a darles vida eterna.

Otras fuentes Bíblicas que Hablan acerca de la Resurrección

Otras evidencias internas encontradas son el registro lucano en el libro de Hechos 2:29-32; Y el testimonio paulino (1 Cor. 15:3-5), los cuales ratifican la expansión de esta nueva identidad que Jesús vino a revelarle al mundo a través de su muerte y resurrección. El credo de 1 Corintios 15 es el único pasaje de la literatura antigua que afirma que Jesús se apareció a quinientas personas a la vez, los evangelios no lo corroboran y ningún historiador secular lo menciona.[16] Según el filósofo cristiano William Lane Craig señala que “las personas que insisten en buscar evidencias fuera del Nuevo Testamento no entiende realmente lo que están pidiendo; ya que exigen que ignoremos fuentes más antiguas sobre Jesús a favor de fuentes posteriores, secundarias y menos confiables”. Prácticamente todos los eruditos críticos que han escrito sobre el tema, incluyendo los más bien escépticos, sostienen que en 1 Corintios 15:3-7 Pablo ha provisto tradición(es) acerca de Jesús que él no formó, sino que más bien recibió de otros, como el afirma.[17] Hecho que es verificable históricamente por los padres de la iglesia del primer siglo.

Conclusión

La resurrección a lo largo de la historia de la cristiandad viene a provocar un interés en los sobrenatural. Un hecho sin precedentes que marcó los corazones de todos aquellos que abrazaron la fe en el Cristo resucitado. La mejor explicación que tenemos para el caso de la resurrección de Cristo registrado en los cuatro evangelios es la que ofrecen los testigos oculares, que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos, lo cual también explica el testimonio mesiánico del registro de Mateo, el registro del Siervo divino en acción en Marcos, la revelación del Hijo del Hombre registrado por Lucas y la identidad divina de Jesús como el Hijo de Dios registrado en el evangelio de Juan. La muerte no fue el fin de Jesús, y su resurrección demuestra que no tiene por qué marcar el fin para nosotros.[18]

Dado la naturaleza de los hechos, mucho se ha escrito acerca de la resurrección del Salvador, y cada uno que se ha acercado a investigar acerca de este hecho, todos llegan a las mismas conclusiones. El caso de la resurrección de Jesús más que dejar preguntas sin responder, es la mayor evidencia y la piedra angular del mensaje cristiano. “Después de todo, la resurrección requiere de un milagro, un acto sobrenatural de Dios, y si es siquiera posible que Dios exista, entonces los milagros son posibles, y esta explicación no puede descartarse”. Por ello podemos estar convencidos que en aquella primera mañana de pascua un milagro divino ocurrió y una luz de esperanza vino a iluminar un mundo oscuro a través de Jesús, el Cristo.


[2] Warner Wallace, Cristianismo Caso Resuelto. Sebring, Florida: Editorial Bautista Independiente, 2019. 145. 

[3] Michael Wilkins, J.P. Moreland. Jesús Bajo Sospecha. Barcelona, España: Editorial CLIE, 2003. 219.

[4] Lee Strobel, El Caso de Cristo. Miami, Florida, Editorial Vida, 2000. 35.

[5] Mark L. Strauss, Four Portraits, One Jesus. Grand Rapids, Michigan: Zondervan Academic, 2007. 238. 

[6] Mark Allan Powell, Introducción al Nuevo Testamento. Estados Unidos de América: Baker Publishing Group, 2020. 139

[7] Mark Allan Powell, Introducción al Nuevo Testamento. Estados Unidos de América: Baker Publishing Group, 2020. 122.

[8] Craig S. Keener, Comentario del Contexto Cultural de la Biblia: Nuevo Testamento. El Paso Texas: Editorial Mundo Hispano, 2003. 136. 

[11] Gary R. Habermas and Michael R. Licona, The Case For The Resurrection of Jesus. Grand Rapids Michigan: Kregel Publications, 2004. 26.

[12] Nancy Pearcey, Salvemos a Leonardo. Tyler, Texas: Editorial Jucum, 2024. 180.

[13] Thomas Lea, El Nuevo Testamento: Su Trasfondo y Su Mensaje. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano, 2004. 248.

[14] Josh McDowell, Evidencia que Exige un Veredicto. Miami, Florida: Editorial Vida, 1982. 189.

[15] Thomas Lea, El Nuevo Testamento: Su Trasfondo y Su Mensaje. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano, 2004. 248.

[18] Josh McDowell, Evidencia de la Resurrección. Weston, Florida: Editorial Patmos, 2010. 66.

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