Marzo 4, 2025
– Hernan Gonzalez
La manifestación del Cristo al
mundo vino a revolucionar el pensamiento y la cosmovisión de las personas de su
época y de los líderes religiosos acerca de Dios y de su reino. Con
ilustraciones terrenales Jesús hacía énfasis en para comunicar a sus oyentes
verdades espirituales. Por medio de sus parábolas, Jesús nos llevó a una
comprensión más profunda del reino de Dios; pero para poder entender esos
relatos y su significado espiritual, estos deben ser interpretados en su
contexto apropiado.[1]
Tanto su ministerio como sus enseñanzas tienen una connotación altamente
teológica en cuanto la manifestación del reino de Dios al mundo de los hombres.
En su gran mayoría estas enseñanzas a través de parábolas son presentadas por
los autores de los evangelios en momentos en los que Jesús debatía
particularmente con los líderes religiosos y estos a su vez eran confrontados
por las palabras de Cristo, el Mesías. Una de las parábolas que más ha
provocado interés entre los intérpretes y los estudios de la Biblia es la
historia que Jesús desarrolla acerca de un rico y un hombre llamado Lázaro. El
argumento de que el relato de Lázaro y el rico no es una parábola, porque no se
presenta como una parábola, no es válido porque Oesterley ha demostrado que las
parábolas no pueden darse sin una introducción típica.[2]
La mayoría de los eruditos y académicos que se han referido a esta parábola han
destacado aspectos importantes para su interpretación, y aunque sigue siendo
debatible, lo cierto es que acorde a lo que Lucas registra y en el contexto en
el que coloca esta historia, nos da mayor iluminación para comprender cada
aspecto o detalle que se menciona en dicha parábola. Trasfondo

Las parábolas de Jesús fueron de
las enseñanzas más enigmáticas que capturaron la atención de sus oyentes y en
la actualidad de los lectores de la Biblia. Sin duda, las parábolas son
narrativas que nos revelan de forma implícita los misterios que tienen que ver
con el reino de Dios que se había revelado al mundo de los hombres y este
estaba siendo proclamado por Jesús el Cristo. Una de estas parábolas tan
conocida y registrada únicamente por el evangelista Lucas, es la parábola
Lázaro y hombre rico. En esta parábola Jesús vino a establecer y evidenciar
asuntos doctrinales que tenían una estrecha relación con la mala conduta de los
líderes judíos, así como sus creencias doctrinales las cuales enseñaban
equivocadamente. Cuando hablamos del reino de Dios, estamos haciendo alusión a
uno de los misterios más grandes de la humanidad que vino a tener un mayor
entendimiento ante la revelación de Jesucristo. En primer lugar, lo que se ha establecido
debido a un acuerdo general entre los eruditos bíblicos es que esta parábola no
tiene la intención de enseñar doctrina sobre escatología individual ni explicar
los eventos que tienen lugar después de la muerte,[3]
lo cual nos permite poder hacer una correcta interpretación a la luz del
contexto en la cual se desarrolla esta parábola. Si las parábolas tenían una
connotación que revelan un aspecto acerca del reino de Dios, bien pudo ser para
que todos los oyentes conocieran acerca de ese reino del cual todos esperaban.
En este tema del reino se expresa, a su vez, tres principales subtemas
teológicos los cuales son: “la gracia de Dios, las demandas del discipulado, y
los peligros de la desobediencia”.[4]
Acertadamente la parábola de Lázaro y el hombre rico destaparía varios aspectos
en los cuales, los líderes religiosos judíos estaban actuando de forma
equivocada y a su vez cerraban su corazón incrédulo a la enseñanza y la
exhortación de Jesús, dejándolos en evidencia. Interpretada En Su Contexto
Para poder llegar a un mayor
entendimiento exegético e interpretativo de la parábola del rico y Lázaro, lo
que debemos hacer como buenos intérpretes, es colocarnos en el contexto en el
cual se encuentra desarrollada esta enseñanza de parte de nuestro Señor
Jesucristo. Jesús expone esta parábola durante el mismo evento en el también
enseña la trilogía de parábolas sobre lo perdido y lo encontrado.[5]
Este punto de partida es importante, ya que, a la luz del contexto, le permite
a los intérpretes identificar las causas que rodeaban esta enseñanza de Jesús,
la cual principalmente iba dirigida a los líderes religiosos de las sinagogas.
Una de las principales exhortaciones que Jesús les hacía a tanto a fariseos
como a los escribas implícitamente, es que habían olvidado por completo el
hecho de que muchas personas que fueron justas en tiempos del A.T. carecían de
cosas materiales mientras que los injustos tenían en abundancia. Según la
creencia de los líderes religiosos judíos era que la prosperidad y la
abundancia era una clara evidencia del favor y la bendición de Dios para con
una persona. La ausencia de ello, para ellos representaba que la persona estaba
en pecado y que el favor de Dios no estaba con ese individuo. La mayoría de los
académicos coinciden, en que los fariseos consideraban la tragedia, la
enfermedad o la desgracia como signos del desagrado de Dios, con la falsa
suposición de que el sufrimiento venia solo como resultado del pecado y la
maldad.[6]
Si esto era así, los eventos siguientes hubieran tenido diferentes destinos
tanto Lázaro como el hombre rico.

Tanto
los líderes farisaicos como los Escribas habían abrazado lo que
tradicionalmente se creía con respecto a las riquezas y el favor de Dios para
con los suyos. Pero lo que Jesús hizo a través de enseñar esta parábola fue
mostrarle a los Fariseos como a los Escribas que habían olvidado un mandato
también dado en la ley mosaica, lo cual era que extender la mano hacia los
pobres también era un símbolo de justicia y era un deber característico del
pueblo judío. Al analizar esta narrativa, podemos notar interesantemente como
se conecta la parábola de Lázaro y el hombre rico con una parábola anterior en
la que habla de un del mayordomo infiel que había puesto prioridad a sus
riquezas poniéndolas por encima de Dios y de los demás. Una paráfrasis es que
las riquezas no deben ocupar el lugar que le corresponde a amar y confiar en
Dios ya que ningún siervo puede servir a dos señores,[7] asumiendo que el egoísmo tanto por parte del
mayordomo infiel, así como para del hombre rico vino de su amor al dinero y sus
riquezas que tener consideración por la necesidad de su semejante, en este
caso, por Lázaro. ¿Parábola o Un Hecho Real?
Algunos han sostenido que la
narración por Jesús de Lázaro y el hombre rico no es una parábola, sino un
relato de un hecho real.[8]
Por su parte, otros académicos en un aspecto importante a considerar, es que
destacan que en las parábolas rabínicas y las parábolas de Jesús, los
personajes empleados en estos relatos nunca son personajes que existieron
realmente o que provienen de historias reales.[9]
Por los detalles de la parábola, existe la posibilidad que cierta parte de los
eventos hubieran sido reales o que al menos los personajes centrales de esta
historia si existieron en algún momento. De igual manera, los eventos que
suceden después de la muerte de ambos personajes posiblemente sucedieron en un
aspecto espiritual, lo cual explicaría el por qué Lázaro aparece en el
escenario en el seno de Abraham mientras que el hombre rico está en el Hades,
lugar en el cual, según la tradición y la creencia judía, iban los muertos no
regenerados.
Vida y Muerte, Cielo e Infierno
Es de llamar la atención que en
cuanto a la vida después de la muerte, los líderes religiosos tenían diferentes
perspectivas. Nadie en la Biblia tenía más que decir acerca del infierno que el
Salvador de los pecadores, el Señor Jesucristo.[10]
Muchas de las interpretaciones por parte de los eruditos en intentar encontrar
el significado o relacionar los detalles de la parábola de Lázaro y el rico con
aspectos espirituales, como lo son el seno de Abraham y el infierno. Algunos
detalles acerca de la vida después de la muerte son características clásicas de
la tradición judía,[11]
y como vemos en el registro de Lucas, Jesús afirma esta tradición. En este
caso, los detalles relatados por parte de Jesús en esta parábola eran
necesarios para que la historia funcione tanto para dar énfasis a verdades
tanto terrenales como espirituales y como estas están estrechamente
relacionadas con el reino de Dios. Que Nos Dice esta Enseñanza de
Jesús

En la conclusión de la parábola,
Abraham dice que los hermanos del hombre rico no responderían ni siquiera si
Lázaro resucitara de entre los muertos para advertirles, el mensaje velado es
que ni siquiera la resurrección de Jesús será suficiente para convencer a los
líderes tercos y orgullosos de Israel.[12] Lo que nuestro Señor Jesucristo estaba enseñando a través de esta parábola era
el misterio que se encontraba en cuanto a el reino de Dios y como es que una
persona podía llegar a alcanzar a estar en dicho reino. Al realizar una
correcta y exhaustiva interpretación nos permite expandir nuestro entendimiento
de lo que Jesús nos quiso enseñar a través de esta parábola acerca del reino de
Dios y la gran necesidad de vivir una vida piadosa. Ante la realidad de estos
dos destinos, el verdadero creyente será exhortado en su corazón para vivir una
vida digna de su llamado y a la luz de que al final de esta travesía nos espera
una eternidad en la presencia del Señor y Redentor, Cristo Jesús.
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