¿Días Literales o Eras Geológicas? Cómo Responder a Cuestiones Acerca de la Creación.
Febrero 10, 2025 – Hernan Gonzalez.
Es de llamar la atención como a partir de la era de la ilustración el hombre elevó su nivel de escepticismo no solamente en cuanto al tema de la existencia de Dios, sino también de lo revelado en la Biblia. Inclusive el movimiento conocido mayormente como la Alta Crítica comenzó a poner en duda aspectos relacionados a la fe cristiana y tanto a la historicidad de las Escrituras, así como su origen divino. Ante este tipo de cuestiones, los cristianos debemos tener un conocimiento profundo de las Escrituras, de lo que son y de lo que no son, son revelación de Dios inspiradas y autoritativas, más no son registros que nos ofrezcan datos científicos. El relato no necesariamente ha de tomarse como un mito; sin embargo, no se trata de “historia” en el sentido moderno de informe objetivo por testimonio directo, sino más bien, trasmite verdades teológicas sobre acontecimientos descritos en un género literario rico en símbolos e imágenes.[1] Muchos de estos simbolismos o lenguaje registrado es un tipo de acomodación para que el hombre comprendiera ciertos detalles, no solo acerca de su origen o de la existencia misma, sino de Dios como Creador de todas las cosas incluyendo al ser humano.
En algunos círculos cristianos se dan por sentado que la fe cristiana exige aceptar estos capítulos como una narración científica de los orígenes del universo, de hecho, las primeras generaciones de investigadores de la Biblia se mostraron muy reacias a considerar el libro del Génesis como un libro científico.[2] Para ejemplo de ello, tenemos lo que apoyan el creacionismo de la tierra joven, los cuales interpretan los 6 días de la creación como días consecutivos de 24 horas, basando su interpretación en la forma consecutiva registrada en el mismo texto bíblico, siendo la tarde y la mañana un día. Por su parte los que sostienen la hipótesis del creacionismo de la tierra antigua o vieja argumentan que la palabra hebrea יום (día) tiene diferentes significados y se usa de formas diferentes en el relato bíblico de la creación, sosteniendo así que cada día pudo ser bien un periodo largo de tiempo entre un día y otro.
Aunque cada una de estas teorías tiene buenos argumentos para sostener su propia postura y refutar la contraria, debemos comprender que el relato bíblico simplemente nos revela que todas las cosas fueron creadas por Dios, teniendo un orden. Los mismos científicos ven el orden de la creación como el necesario para que la existencia misma fuera posible, lo cual más que darnos detalles que tengan que ver con datos científicos vemos que Dios hace todo con un propósito y con una funcionalidad única, una creación progresiva. Este principio antrópico debería dejar por sentado las bases de nuestra fe y dejar de lado nuestras presuposiciones escépticas o dejar de usar las Escrituras para dar como validas hipótesis científicas humanistas.
Desde la lectura superficial de Génesis 1, surge la impresión de que todo el proceso creador tuvo lugar en seis días de veinticuatro horas, de haber sido esa la intención del autor hebreo (discutible deducción, como se demuestra en la actualidad) pareciera estar en contradicción con la moderna investigación científica, que indica que el planeta tierra fue creado hace miles de millones de años.[3] Ante una postura como esta, vemos que a la luz de la palabra de Dios no es un argumento plausible como para tomarlo como fidedigno para sostener que tal hipótesis o interpretación es correcta. El relato de la creación pretende no dar una explicación científica moderna del origen de todos los fenómenos naturales, sino más bien ocuparse de los aspectos prácticos de la creación que rodean nuestra experiencia de vida y supervivencia.[4] Eso fue precisamente la intención del autor de Genesis, de acuerdo a su entendimiento, capacidad e intelecto, Dios le reveló Moisés que tanto la creación como la existencia humana misma, existían por Él y para Él.
Pero ¿Qué es lo que realmente podemos decir acerca de la creación en 6 días? Como se mencionó hace un momento, el término hebreo yom (יום) traducido como día tiene varios significados, y pareciera que cada hipótesis puede ser posible, así como puede significar un periodo literal de 24 horas, o bien puede referirse a un periodo indefinido.
De igual manera la teoría de la brecha carece de un fundamento sólido y tiene que ver con un problema hermenéutico, ya que es este caso, los que sostienen dicha teoría lo que realmente hacen es una eiségesis del texto para validar dicha postura o interpretación. 2 Pedro 3:8 no dice que un día equivalga a 1000 años, sino más bien que, para con Dios, el tiempo no tiene mucha trascendencia.[5] Y simplemente porque Dios es atemporal y está fuera de nuestra compresión.
¿Cómo podemos dar respuesta a esta cuestión? ¿En qué o en quien podemos basarnos para responder?
Bueno, la respuesta sería en Jesucristo. En primer lugar, en los evangelios donde encontramos el registro de la vida y ministerio de nuestro Señor Jesús, y en varios de los pasajes de estas narrativas históricas, el mismo Jesús, da fe de que la creación fue hecha en 6 días literales, tal y como los judíos de la época lo conocía, como, por ejemplo, en Juan 5:45-47. Por ello, deberíamos observar la manera en que Jesús trataba como hechos históricos lo que dice el Antiguo Testamento, que los escépticos religiosos y ateos piensan que es la mitología increíble.[6] En segundo lugar, la mayoría de los padres de la iglesia aceptaban rotundamente que los días de la creación eran días comunes como los que conocemos, Jesús mismo da testimonio de este hecho y de hecho, la apologética cristiana se desarrolló para enfrentar a los judíos basándose en pasajes del Antiguo Testamento, interpretándolos a la luz de Jesucristo.
Por ello, a la luz de la palabra de Dios y de su revelación última en la persona en Jesucristo, podemos creer que la creación fue hecha en seis días literales como los conocemos, y aunque no se nos das más detalles al respecto, el hecho que tengamos este registro debe ser para el creyente un tesoro, dejando de lado nuestras supersticiones e hipótesis humanistas para así abrazar con fe la verdad bíblica revelada.
[1] William Sanford Lasor, David Allan Hubbard, Frederic William Bush, Panorama Del Antiguo Testamento: Mensaje, Forma y Trasfondo Del Antiguo Testamento. Grand Rapids, Michigan: Libros Desafío, 2004. 72.
[2] John
Drane, Introducción al Antiguo Testamento. Barcelona, España: Editorial
CLIE, 2000. 261
[3] Gleason L. Archer, Reseña Crítica de una Introducción al Antiguo Testamento. Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 1981. 200.
[4] John H. Walton, Víctor H. Matthews y Mark W. Chavalas, Comentario del Contexto Cultural de la Biblia: Antiguo Testamento. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano, 2004. 16.
[5] Andy McIntosh, Génesis Para hoy. Ciudad Real, España: Editorial Peregrino S.L., 2009. 56-57.
[6] Ken
Ham, El Libro de las Respuestas. Miami Florida: Editorial Patmos, 2013. 220.
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